Cada autor tiene una manera de acercarse a su trabajo, de buscar la inspiración, de construir sus filtros y encontrar sus hipótesis de partida. La escritura, al menos en esta fase, suele ser un proceso en solitario no exento de experimentación. Sin embargo, en el teatro, ocurre algo que no pasa ni en la novela, ni en la poesía: el texto que construye el dramaturgo requiere de todo un equipo creativo para luego ser «lanzado» al público. El teatro se escribe en equipo, no es una obra de arte individual. Y esto, cambia las reglas del juego.
En el Laboratorio Galdós, este proceso de escritura en equipo se revisa continuamente. Los primeros bocetos de la obra son entregados, aproximadamente dos meses antes de pasar al siguiente proceso: los ensayos al uso. En este momento, serán leídos por el equipo creativo de Laboratorio y del montaje. Se expone a ese continuo debate que se pretende del proceso.
El resultado final de este paso es la entrega del primer borrador de la obra. Con este idea de compartir cada paso de investigación con el público, se realiza una lectura dramatizada abierta al público, aunque con cierta limitación de aforo para preservar la intimidad de un acto en el que, por primera vez, los actores conocen el texto.
El primer borrador de Ana se entregó a finales de mayo. El día …
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