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José Luis Massó: “Los personajes que interpreto se manifiestan en el pensamiento de Galdós”

El Último Viaje / Prensa

José Luis Massó es la primera vez que forma parte como actor de una de las tres producciones impulsadas en el marco del proyecto de experimentación escénica del Laboratorio Galdós. A su juicio, tanto como actor como director, la fórmula de trabajo empleada en el seno de este laboratorio, le ha permitido mantener una idea flexible de conjunto de los procesos creativos que operan desde la fase de escritura del texto dramatúrgico a la fase de concepción definitiva del espectáculo.

Su dilatada experiencia (ha trabajado como actor y ayudante de dirección en compañías como el Centro Dramático Nacional, Compañía Nacional de Teatro Clásico, Noviembre Teatro, Develet Tiyatrosu (Compañía Nacional de Turquía), Tag de Venecia, Chanticlier Theatre o el Gran Teatre del Liceu, así como con directores como Adolfo Marsillach, Pilar Miró, Guillermo Heras, José Maria Pou, Eduardo Vasco, Jean Pierre Miquel, Maurizio Scaparro, Sergi Belbel, Juan Carlos Pérez de la Fuente o Rafael Rodríguez), lo ubica como uno de los mejores actores y directores de la escena de Canarias.

“El Laboratorio Galdós ha sido una experiencia muy positiva como actor, pero también como director. Abordar un montaje de la naturaleza de ‘El último viaje de Galdós’, desarrollando la iniciativa ‘Ensayo y Error’ me ha parecido estupendo. Que el director Mario Vega haya podido escuchar al público sirviendo de filtro ante los actores los comentarios de las opiniones del público sobre el montaje, me ha resultado un feliz acierto. Esa información procesada por Vega y cómo decidía él que luego incidiera en los ensayos del día siguiente, es lo que creo que enriquece el proceso de transformación que va experimentando la producción hasta el momento de su estreno”, señala Massó, que interpretó al señor Circunspecto en ‘El último viaje de Galdós’.

El señor Circunspecto opera en ocasiones como una especie de voz de la conciencia de Galdós, en otras se convierte en el fiel compañero y ayudante del novelista y, en otras, en los ecos de las feroces voces del conservadurismo recalcitrante de la España de la época. Al preguntarle a José Luis Massó por ese trabajo interpretativo de cara a ese complejo desdoblamiento, confiesa claramente que ha sido “una tortura y una alegría al mismo tiempo. No intento ligarme mucho emocionalmente a los personajes que interpreto. Nunca había trabajado desde la forma, pero me he entregado plenamente motivado por la confianza de Mario Vega. Hemos creado un personaje ‘base’ que es Francisco y, a partir de él, todos los demás. Yo no soy la Reina Isabel II o el General Prim, sino la visión que tenía Galdós de ellos. Los personajes que yo tenía que crear estaban ya creados por una misma persona, que en este caso se manifiesta en el pensamiento de Galdós. Me he divertido mucho enfrentándome a cada uno de ellos. Ha sido difícil, pero muy satisfactorio”, añade el actor, que cursó estudios de Interpretación y Escenografía en la Real Escuela Superior de Arte dramático de Madrid y, posteriormente, los amplió en Inglaterra en la Webber Douglas Academy de Londres y en Italia, en el Tag de Venecia y el teatro del Vicolo de Reggio Emilia. Si tuviera que quedarse con una escena del montaje ‘El último viaje de Galdós’ sería con el monólogo que protagoniza al inicio de la obra. “Disfruto mucho como actor interpretando ese monólogo conservador de tintes fascistas tan alejado de mí políticamente, que debo dirigir atacando al público de cerca y al que veo inmóvil en su butaca… Como actor es una experiencia fabulosa. Hay otra escena que me entusiasma que es cuando Marta Viera, que interpreta a Concha Morell canta una canción a Emilia Pardo Bazán (Ruth Sánchez). Se trata de un instante muy poético y bello”.

Sobre el texto dramatúrgico escrito por Ripoll y Llorente, José Luis Massó asegura que “posee mucha teatralidad y metateatralidad. Es estupendo porque le ofrece la posibilidad a un director de montarlo de muchas maneras distintas sin perder su esencia. Todos los personajes excepto uno, Emilia Pardo Bazán, están creados por la mente de Galdós. Me parece un acierto cómo opera ello en la construcción dramatúrgica”.

No cree Massó que este montaje sea una crónica vital del desasosiego del novelista canario. “Mi vida es la vida del teatro. La mayor reflexión que he podido extraer de esta producción ha sido “confía en un director” porque él te sacará las castañas del fuego, aunque seas tú quien tenga que defenderlas. Nunca intento dirigirme en absoluto. Es un ejercicio al que tengo que obligarme, porque no puedo evitar tener una visión como director y una determinada opinión sobre la escena. No me cuesta mucho no opinar sobre la dirección del montaje”, subraya Massó.

El actor y director tiene para el 2021 comprometida su concurso en la codirección de una ópera para el Teatro Real y El Matadero de Madrid y algunas funciones de espectáculos en los que figura en su elenco como actor. “Los tiempos están complicados y habrá que adaptarse a las posibles ofertas que vayan surgiendo”.

José Luis Massó concluye señalando que la producción de ‘El último viaje de Galdós’, es “impecable. Me he involucrado en multitud de producciones de diversa naturaleza, pero desde el principio me llamó la atención el grado de profesionalidad y rigor de este proyecto, así como el plan de su desarrollo logístico diseñado desde la producción ejecutiva liderada por Valentín Rodríguez”.

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