Galdós decide morirse por segunda vez sobre el escenario

El Último Viaje / Montaje 2020 / Prensa
Bienio galdosiano / Galdós / Mario Vega

 

El director de la producción ‘El último viaje de Galdós’, Mario Vega, avanza algunas claves del montaje que estrena el coliseo capitalino los días 8, 9 y 10 de octubre.

Mario Vega culmina con la dirección de la producción escénica ‘El último viaje de Galdós’, la primera fase del ejemplar proyecto de experimentación teatral denominado ‘Laboratorio Galdós’. La mencionada obra, que abre la temporada del Teatro Pérez Galdós los días 8, 9 y 10 de octubre, es la tercera pieza que Vega dirige, cuyo texto firman los conocidos dramaturgos madrileños Laila Ripoll y Mariano Llorente. Se cierra la trilogía con una pieza de intenso eco que muestra al desnudo los vértices de la fragilidad de un anciano Galdós en la antesala de su muerte. El montaje se repone también en la 33º edición del Festival Teatral Tres Continentes de Agüimes el día 16 de octubre, en el auditorio de dicho municipio.

“El texto de Ripoll y Llorente formula una reflexión íntima alrededor de los recuerdos, los deseos, frustraciones… pero, ante todo, sobre cómo influyeron algunas mujeres en la vida de Galdós, desde su madre a sus amantes. Todo ese universo en torno al escritor nos permite reencontrarnos con un ser más cercano, un Galdós desmarcado y despojado del peso de su providencial obra literaria”, señala el director. Vega reconoce sentirse muy satisfecho con el trabajo asumido por el elenco que integran Marta Viera, Ruth Sánchez, Rubén Darío, Maday Méndez, José Luis Massó, Alicia Ramos y Lily Quintana, “a quienes veremos en registros comprometidos y de mucha verdad actoral que nos garantiza el proceso de investigación tan intenso, riguroso y rico que nos impone el modelo del ‘Laboratorio Galdós’. Hemos incidido en la construcción minuciosa de los personajes reales hasta descubrir la verdad e identidad de cada uno de ellos en los movimientos, miradas y gestos”.

Al diseño de esa arquitectura han contribuido, como destaca Vega, estudiosas galdosistas como Yolanda Arencibia o Carmen Márquez, que han puesto al servicio de los actores su magisterio y más de una indicación sobre la identidad del propio Galdós y su madre, Concha Morell, la Pardo Bazán o Lorenza Cobián.

Espectáculo femenino

“Galdós construye en los últimos días de su vida el recuerdo sobre esas mujeres y sobre cómo hubiera preferido que le manifestaran su amor. ‘El último viaje de Galdós’ es un espectáculo femenino que produce mucha emoción”, subraya el director, quien está convencido de que esta trilogía teatral integrada también por ‘Ana’ y ‘El crimen de la calle Fuencarral’, “ha acercado desde otra dimensión a Galdós al público, que conocía de su existencia o había leído, pero que nunca se había aproximado al hombre. Hemos mostrado otras posibles lecturas y valores de su literatura, de su obra periodística, pero también de su posicionamiento ideológico ante la vida”.

La obra se articula como un homenaje al teatro. “Galdós decide morir por segunda vez sobre un escenario y el público pasea por sus espacios íntimos conociendo su chácena, su peine, su foso… Es también un gratificante viaje el que realizan los espectadores a lo largo de la obra que va despertando los hallazgos según transcurre la trama. La tensión de las escenas va incrementándose con la propia evolución que se produce en esos espacios”, advierte el director.

El teatro debe volver a lo que fue: una segunda unidad de convivencia, un espacio donde el estrecho contacto físico, intelectivo y emocional promueva el tratamiento en profundidad del asunto que la obra aborda, la creación de un juego escénico elaborado… y todo ello es el ‘Laboratorio Galdós’.

Como señala Mario Vega, también responsable de Unahoramenos producciones, “nuestro proyecto escénico resulta mucho más apasionante que un espectáculo convencional porque lo entendemos como un encuentro con uno mismo que te permite revisar puntos de vista sobre los grandes temas universales. Hemos dado con una fórmula propia para hacer las cosas que nos garantiza disfrutar de la creación hasta convertir los espectáculos en pequeñas piezas artísticas. Demostramos que el uso ciudadano del espacio público es posible con una batería de propuestas que ha incluido talleres de dramaturgia con figuras internacionales, mesas redondas, conferencias, conexiones con el ámbito de la universidad a través del ‘Colaboratorio Galdós’, la participación de los espectadores en los ‘Ensayo y Error’… La apuesta entre lo público y lo privado se materializa en este proyecto especial que se refundará en los años venideros con otra estrategia que incide en su internacionalización”.

Mario Vega destaca el trabajo de vestuario que ha diseñado Nauzet Afonso con unos evanescentes trajes sacados del más allá, que casi se suma como otro personaje más, o las ambientaciones sonoras de Carlos Oramas y su tiorba.

25.000 telegramas

El director descubre algunos detalles singulares de esta coproducción levantada con la ayuda del Teatro Pérez Galdós, como el encargo de la impresión de los veinticinco mil telegramas dotados de un tratamiento ignífugo que hubo que trasladar desde Alemania a la isla y que se emplean en el montaje. Simbolizan la envidia y la intolerancia de todos los que solicitaron a la Academia Sueca que rechazara la propuesta del merecido Nobel a Galdós, que fue candidato en tres ocasiones. “Sus principales adversarios estaban en España. El conservadurismo ultracatólico español se empleó a fondo, sobre todo en 1913, para impedir que el galardón recayera sobre el autor de ‘Fortunata y Jacinta’. Dos años después, el comité del Nobel volvió a considerar su candidatura a iniciativa propia. Fue su última oportunidad”, recuerda Vega, que ha diseñado una gran ola de papel que conforma el único elemento escenográfico del montaje, que tarda en ascender tanto como dura el segundo acto, unos 40 minutos, nada más y nada menos.

Mario Vega compaginó los ensayos de ‘El último viaje de Galdós’ con el poético ‘Todo el cielo’ y ‘Moria’, otro proyecto de teatro inmersivo al que castigó la pandemia y que será estrenado en la Sala Insular del Teatro el próximo enero de 2021. “Todavía no somos conscientes del daño que estamos produciendo a la cultura”, denuncia el director, “y aún no conocemos las consecuencias y alcance del pánico. No sabemos cuántas empresas podrán salvar esta situación tras bloquearse sus proyectos de exhibición y estreno previstos. Hay un antes y un después de la pandemia, y los modelos de producción se verán transformados. Todos estaremos pensando en proyectos duales que nos permitan combinar el directo físico con el streaming”, concluye.